El de las entradas

sábado, junio 04, 2005

Consuelo (1ra parte)

La habitación de Esteban recibía los primeros rayos del amanecer. El sol lentamente iluminaba las blancas y agrietadas paredes que acogían a este soñador sin fronteras.

Esteban vivía entre dos mundos; cualquier instancia en donde pudiese dejar de lado sus actividades cotidianas servía para transportarse a su propio universo.
Este universo no tenía nada de irreal; por el contrario, era lo que el real debería ser. Todo funcionaba de maravilla, como si de una máquina se tratase. Cada elemento que conformaba este paraíso armonizaba con el entorno, así como cada persona se complementaba con sus pares.

Era así como cada problema que se le presentaba tenía una solución en este mundo. Lo mismo ocurría con los problemas de los demás; mágicamente desaparecían y todo volvía a ser como antes. Nada ni nadie podía intervenir; Esteban era el único con poder para hacer cambios en este lugar.

Esa mañana era especial; Esteban se había mudado recientemente y su primer día de clases en su nuevo colegio le aguardaba. Cargado de energía, se viste, desayuna y está listo para tomar el bus que le conducirá a su nuevo centro de estudios. Su madre se despide y le desea mucha suerte, percatándose de la ansiedad de su hijo por comenzar una nueva etapa en su vida.

El camino le parece lúgubre: Unos cuantos árboles se mantienen en pie entre las modestas viviendas y terrenos baldíos que pasan avergonzados ante sus ojos. De pronto, la sombra un edificio de gran altura le indicó que había llegado al centro de la ciudad; su colegio quedaba muy cerca de allí.

En el momento de salir del bus, Esteban sintió escalofríos por todo el cuerpo. Había pasado muchas veces por esto, pero esta vez era distinto; nunca había estado tan nervioso. Cualquiera que pase al lado suyo adivinaría que era “el nuevo” de la escuela y eso le inquietaba.

Sintió que los ojos de todos los estudiantes que entraban al recinto se concentraban en él. Era una reacción natural frente a un desconocido, el lo sabía. ¿Por qué esta vez parecía ser la primera?

No había explicación alguna... Ni siquiera en su mundo interno, el cual era su único apoyo en ese complicado momento.

Mientras ubicaba a su curso, Esteban intentaba mantener la calma. Esto no sirvió de nada, pues su desesperación aumentaba de manera muy rápida... No había otra salida; debía escapar a su otra realidad.

Sin darse cuenta, ya se encontraba en la sala de clases rodeado de extraños que amenazaban con invadir el territorio del cual él era su único dueño.

Sin embargo, intentó incorporarse a la actividad que en ese momento estaba realizando el profesor encargado -la típica dinámica grupal para conocerse mutuamente y satisfacer la curiosidad de toda esa tropa de mirones, como pensaba Esteban- y que en ese preciso instante requería de su presentación al curso. Lo mismo de siempre: su nombre, de donde viene y porqué está aquí...
Cuando volvió a su asiento, Esteban perdió el equilibrio.

Sin duda, el mareo que sentía su cuerpo se debía al ambiente hostil que le rodeaba. Fue un presentimiento muy asertivo; sus compañeros no lo querían allí. Esteban era una sobra, un estorbo para el grupo y jamás lo admitirían en éste.

No obstante, esta aversión parecía no afectarle. Su imperio interior lo recibía con los brazos abiertos cada vez que él se sintiera desplazado. Lamentablemente para él, también debía preocuparse de las actividades terrenales; el estudio era primordial para su formación como persona y no podía dejarlo de lado.

Así pasaron varios meses. Su contacto con los demás era lo suficiente como para comprender las materias y, de vez en cuando, soltar una sonrisa. Esta introversión pasó a ser objeto de burla de sus compañeros, los que no desperdiciaban oportunidad para mofarse de su peculiar personalidad. Para Esteban, estas burlas eran ataques a su mundo paralelo, el cual resistía día a día el acoso del exterior.

Pero las heridas se estaban abriendo con mucha fuerza, provocando un terremoto que acabó con el oasis... Esteban debía enfrentarse con la realidad.

Continuara... :P

Delta Goodrem: “Mistaken Identity” (Identidad Equivocada)

Esta cancion me identifica mucho... habla de que cambias completamente de identidad y desconoces la de tu pasado...

El chico paciente con vestimenta de príncipe
Ese solía ser yo
Una seductora sonrisa impredeciblemente salvaje
Siempre intentando complacer
Siempre caminando un paso adelante
Eso pensaba hasta que el monstruo apareció en mi lecho
Rebobinar y borrar esa mirada atónita en tu cara
Porque ese chico está muerto

Un millón de palabras... cientos de días

Coro:

El niño que yo solía ser
Sufre un terrible caso de identidad equivocada
Y ese niño que ayer veías no es el que estás viendo ahora
Éste es un terrible caso de identidad equivocada

El sol tiende a ascender como la luna a caer
Esto se parece a mi vida
He jugado el rol de buen chico
El cual está cortado por una navaja
Ahora no ando buscando miradas compasivas
Y no quiero pasar la noche acostado en una cama de bellas mentiras
Rebobinar y borrar ese niño enfermo
y avanzar rápido, muy rápido

Cientos de días...

Coro:

El niño que yo solía ser
Sufre un terrible caso de identidad equivocada
Y ese niño que ayer veías no es el que estás viendo ahora
Éste es un terrible caso de identidad equivocada

Ése no soy yo, simplemente no soy yo
No soy yo...

Coro (x2)