El de las entradas

miércoles, diciembre 30, 2009

¿Qué pasó?

Ya no puedo hilar una bella frase.

Volcar una idea para encerrarla y odiarla ligeramente.

¿Qué pasó?

No soy capaz de sentarme a entrar en el juego del lenguaje.

Pretender ser un esbozo ignorante de lo que podría ser un creador de versos decentes.

¿Qué pasó?

Es difícil.

Es angustiante.

Es demasiado esfuerzo para alguien que desgasta sus ojos a voluntad

Es una infructuosa y culposa búsqueda

¿Qué pasó? ¿Qué fue lo que pasó?

Quizá me cuesta seguir escribiendo bonito para llamar a la compasión.

De seguir jugando al niño inteligente que será seducido por aquel príncipe rescatista de cuento de hadas.

Es vergüenza

Es desesperación

Es ausencia de un suspiro aliviante

¿Qué pasó?

Rabia.

Rabia.

Rabia por estar aquí, maldiciendo en un par de líneas.


Tengo el desafío de poder escribir sin fórmulas, sin sentimientos forzados, ni emociones duraderas.

No quiero escritos penosos, depresivos, felices o vigorosos.

Sólo quiero escribir, no quiero soñar.



Me cansé.

Eso fue lo que pasó.