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No sé si será de común padecer, pero soy víctima de constantes trances cotidianos...
Los he justificado con adjetivos como "volado", "soñador", "romántico" y demases.
La cosa es que cualquiera de estos prototipos medievales posee un objetivo claro al cual volcar todo su sentir: El "volado" lo hace hacia lo inexistente; el soñador a lo que podría existir; el romántico a lo que jamás existirá...
Luego de pasar tardes y tardes intentando ver a qué equipo de caballeros me asocio, concluyo que no pertenezco a ninguno... no poseo mi "objeto de deseo" o algo parecido.
No pienso en un mañana, puesto que la sociedad se compenetra para atemorizarte con el caos mundial que se avecina.
No pienso en un ayer, ya que no puedo arrepentirme ni reivindicar situaciones que me mantienen aún en pié.
Y el presente??? Aquí la ignorancia reclama su cetro. No hay un "algo" o "alguien" al cual volcar más energías de las que estás entregando ya.
Los días se vuelven rutinarios (como comentaba con una amiga ayer, pareciera que hacemos el desayuno cada cinco minutos) , los placeres cada vez duran menos y se reza por que llegue la hora de dormir.
"¡Eres depresivo!" sería la conclusión mainstream. Yo también la hice, pero cumplir con uno o dos síntomas que son arbitrariamente impuestos por una visión patologicista de la realidad no puede tomarse como un buen referente.
Si fuese por eso, ¿los sujetos que experimentan situaciones placenteras constantemente sería sujetos sanos? lo dudo. Establecer parámetros de esa forma puede llevar a muchos errores:
Robando la frase: "2x2= 4...aunque lo diga un esquizofrénico" (V.Frankl)
Y lo peor de todo, es que la cura no puede ser ni un reforzamiento de conductas ni el atacar mi posible neurosis. Claro, estaría "recauchado", "sano", "realizado" pero...
Realizado para qué??? para seguir ocupando el mismo lugar que estoy ocupando y conformarme con él???
Sería como pedirle a un preso que sea "feliz" porque le regalan una máquina de realidad virtual que simula su libertad: por más que se autoconvenzca de que es libre, su cuerpo siempre chocará con las paredes.
Lo mismo ocurre aquí. Por más que mejore mi cosmovisión o la forma en que enfrento mi realidad, ¡¡¡siempre estaré en cuatro paredes!!!
Aquello no es suficiente para sentir que entrego y recibo algo valioso,
sino que sólo estaré alienado mientras me aíslo de lo realmente importante:
EL SENTIDO.
La psicología patologicista (esa que nos tiene pensando que somos un caso crítico y que cuando viejos tendremos una colección de Rosalbas para peinar) posee el mágico
poder de acallar al hombre de sus preguntas existenciales y lo hace "conformarse con lo que tiene". (De hecho, el mismo Freud veía como patología el hecho de no encontrar respuesta
a las preguntas existenciales...algo totalmente "curable" con el psicoanálisis...)
Y si se pone atención...puede que algunos de nosotros hayamos caído en "depresiones" espontáneas por este mismo hecho: preguntar o maldecir a la vida, resumible en frases como "por qué la vida es así", "la vida es una tortura", "vivir no vale la pena" y un laaaargo etcétera.
Primero que todo, ¿qué es la vida?. A veces se confunde mucho "vida" con "sucesos", tanto pasados como presentes.
Es sólo cosa de reemplazar: "por qué las cosas han sucedido (o suceden) así", "lo que me sucede es una tortura", "lo que me sucede no vale la pena"...ojo...la vida es mucho más que eso. Implica tomar lo pasado, aplicarlo en el presente y construir un futuro.
Ahora, dejando eso de lado, mis recientes lecturas de análisis existencial proponen una simple idea que provocó un terremoto en mi pensar:
¿Y si invertimos el proceso? ¿Qué tal si cesamos de preguntar a la vida y
DEJAMOS QUE LA VIDA NOS PREGUNTE?
Sounds weird? Claro, es un poco absurdo el abandonar un poco el antropocentrismo y dejar que un ente no-humano nos "cuestione"... bueno, en un principio pareciera ser así, pero es incorrecto.
Ok...llego hasta aquí. posteriormente sigo con este tema (Mi interpretación de Análisis y filosofía existencial y Logoterapia) , el que me está dando entre-tensión durante este verano y que puede ser una gran ayuda para luchar contra mi enemigo interno :)
Cada vez más pienso que no erré al cambiarme a psicología...
